domingo, 26 de abril de 2015

Trataron de evangelizarme

Mi señor padre, a quién llamaré A, siempre se esmeró por darme una educación laica y pa' qué pero lo consiguió.  Recibí mi educación laica aún cuando en mi primeros intentos de consciencia sentía una enorme fascinación por el cristianismo, admiraba montones al papa Juan Pablo II, y deseaba fervientemente ser sacerdote y hasta llegar a ser papa.

Un paréntesis (desviándome un poco del tema les comento que justo después de escribir lo anterior me ha dado risa al imaginarme a alguien leyéndolo y pensando "¡Huy! ese ColombianoX sí que es bruto... esos son católicos; no cristianos")

Bueno... como les venía contando.  En mis primeros años era un mini-fanático de la cruz, iba a misa prácticamente todos las semanas e indagaba impacientemente sobre la divinidad, la santidad, el bien y el mal. Esto duró hasta que un día recibí un señor regaño por parte de un sacerdote que acababa de dar misa y al que me acerqué para dialogar más sobre el sermón que había dado y para hacerle preguntas que desde hacía unos días retumbaban en mi cabeza. Así pues después de una conversación le pregunté

- Padre; si yo tengo papá y mamá, y ellos también tuvieron papá y mamá y así hasta que llega a Adán y Eva que no tuvieron papá y mamá pero que si fueron creados por dios, o sea que dios es como el papá y la mamá de ellos, y todo en el universo tiene papá y mamá, entonces quiénes son el papá y la mamá de dios?... ellos son más importantes que dios?... 

Estaba apenas planteando mis preguntas y el mancebo este me interrumpió regañándome y diciendome

- Eso no importa... lo que importa es que dios existe y punto.  Usted no tiene por qué preguntarse esas cosas porque esas preguntas no las hace un hombre de dios.

Y aunque siguió dando lora a causa de mis preguntas no lo seguí escuchando y simplemente pensé que esa había sido la actitud porque no sabía la respuesta, y si él, que había sido puesto como cura en mi comunidad y supuestamente debía saber todas las cosas referentes a dios, no sabía esas cosas pues sería porque ese conocimiento no era alcanzable y todo estaría basado en supuestos.  Esta fue la última vez que recuerdo que fui a misa en busca de conocimiento. Las otras veces que he ido no han sido para buscar conocimiento sino para acompañar a personas importantes en mi vida que sí buscan conocimiento o sosiego.

Con el tiempo comencé a sentirme atraído hacia la ciencia y ahí sí que la idea de un dios siempre existente, inmortal, omnipresente y omnisciente dejó de parecerme apropiada. La cosa ha llegado a tal punto que hoy pienso en la ciencia como un tipo de religión, y en los científicos, esos que hacen investigación y descubren los misterios del universo o desarrollan tecnología, como los sacerdotes de esa religión. Lo que me parece más bonito de esta nueva religión es que ante las preguntas equivalentes, al menos en esta etapa de la historia, las respuestas no habrían sido regaños.

En la actualidad, después de aprender algo sobre la ciencia, después poder interpretar parte de ese lenguaje no ambiguo de las matemáticas, después de comprender brevemente ideas sobre el tiempo, el espacio, la energía y la materia, después de poder ver la tecnología como algo hecho por la humanidad, entendible por la humanidad y desarrollable por la humanidad, después de entender que en el universo TODO está conectado a través de campos e intercambios de energía y materia, después de aprender algo de historia, después de conocer personas que profesan distintas religiones, después de conocer las sangrientas historias sobre la evangelización de indios americanos y negros africanos, después de saber sobre la inquisición y otras atrocidades históricas, después de haber tenido sueños inquietantes relacionados con los conceptos del bien y del mal, con los conceptos de la divinidad y la humanidad, después de admirar a personajes en la historia que han tenido distintas cosmovisiones, después de admirar también esas distintas cosmovisiones, después de haber tenido experiencias que desdicen de las religiones y después de haber tenido experiencias que desdicen de la ciencia. Después de todo eso he llegado a un concepto de divinidad distinto al planteado tradicionalmente en nuestras "culturas" impuestas.

Todo lo anterior se los he contado para ubicarl@s en contexto y contarles que hace unos días estaba en mi casa de relax total practicando el único deporte que todos los hombres practicamos sin competir ni chicanear; el raskingball.  De repente oí el timbre de la casa y al asomarme por la ventana contigua a la puerta vi que eran dos mujeres vestidas con falda larga de color azul oscuro, blusa blanca de manga larga y cuello alto y zapatos bajos de color negro.  Venían uniformadas predicando de puerta en puerta la palabra del señor.  Como ese día andaba de tanto relax y tenía tiempo disponible decidí aceptar su intento de evangelización, aunque de entrada sabía que no sería exitoso para ellas.  Ese día andaban con unas de esas revistas que plantean cuestionamientos sobre la humanidad y abordan las temáticas usando un lenguaje científico y a veces respaldan sus argumentos de manera cuasi-científica pero impajaritablemente terminan sus argumentos diciendo que dios existe y es todo amor y el fin se acerca y etc etc etc.

Mientras las dos mujeres me mostraban la portada de una revista me preguntaron

- ¿Por qué cree usted que hay tantos desastres naturales?
- Hay mucha gente viviendo donde no debería. Respondí
- Pero si vivieran con dios eso no pasaría... en la antigüedad esas cosas no pasaban porque los hombres estaban con dios. Replicaron ellas
- (0.0) Si usted piensa eso la verdad no creo que sepa nada sobre la historia del mundo. Siempre ha habido cambios climáticos, volcanes haciendo erupción, ríos que se desbordan, maremotos, ... Y seguí con una lista.

Las viejas estaban plenamente convencidas de que antes eso le pasaba únicamente a los pecadores, que supuestamente eran unos poquitos, y que ahora como todo mundo es pecador pues se desató el planeta a hacer pilatunas por todo lado.  Por mi lado sostenía que para el planeta resultaría poco importante saber quién comete o no pecados porque obedece a dinámicas que son distintas a las humanas y no pueden simplemente encasillarse como  pecador o no pecador.

De alguna manera este par de féminas argumentaban que las inundaciones que habían recientemente ocurrido en Afganistán se debían a que en ese país eran musulmanes y no creían en Jesús. Entre los devenires de su verborrea incluso manifestaron indignación respecto a cómo las mujeres visten en los países musulmanes, como si ellas no estuvieran vestidas por el mismo estilo para tapar su piel, como si exhibir la piel fuese de entrada algo malo.

Me parece amig@s mi@s que esto maneja más que una doble moral.  Es una actitud cínica e intolerante, acompañada de un aire de superioridad que no está acorde ni siquiera con lo que se supone profesan sus religiones.

Ya para terminar les cuento que el par de vestustas del relato se fueron refunfuñando cuando les dije

- la verdad no entiendo su indignación con el uso de burka... si ustedes visten con el mismo objetivo... allá son coherentes con su religión y si ustedes, par de mujeres, leyeran críticamente la historia y la biblia que llevan consigo bajo el brazo se darían cuenta que no hay cabida para las mujeres en esa forma de religión arcaica y muy probablemente optarían por alejarse de la misma y profesar otras creencias.  El cristianismo es una filosofía muy bonita, pero nadie en el cristianismo hace lo que dice, ni los cristianos católicos, ni los cristianos protestantes...

No había terminado de hablar con ellas y se fueron. Creo que no les gustó tampoco que les dijera que el dios que los musulmanes adoran terminaba siendo el mismo que ellas dos iban a "representar" al tratar de evangelizarme y también el mismo al que los Yoruba rendían cultos y las mismas formas divinas en el hinduismo.

Para resumir; sigo sin evangelizarme.

Escribiendo esta entrada recordé estos dos mensajes.






2 comentarios:

  1. Cuando leí el título de esta publicación supuse que se iba a poner interesante, y así fue. Algunas cosas de las que leí aquí ya me las habías contado, pero igual creo que me contextualicé mejor. Creo que tenías que estar realmente muy desocupado para abrirle la puertas a esas predicadoras. Yo ya tiré la toalla y ni siquiera me molesto en asomar ni un cabello cuando sé que están cerca. La cosa con esas personas es que en realidad no quiere entablar una conversación bilateral, quieren dar su monólogo aprendido de memoria de lo que han leído literalmente en un libro (cero sentido de la interpretación) y de lo que les ha dicho el pastor (cero sentido crítico). Siempre que he estado en desacuerdo con ellos y se los he hecho saber, me tratan a lo “sí, hija, pero a nadie le interesa tu punto de vista, sólo lo que Dios dice (o lo que nosotros creemos que dice, o lo que medio entendemos que dijo, o lo que nos dijo el pastor que dijo…)”.

    Respecto a eso creo que tu problema, y también el mío, es que tenemos una alergia seria a los dogmas como “verdad absoluta, definitiva, inmutable, infalible, irrevocable, incuestionable y absolutamente segura sobre la cual no puede flotar ninguna duda”. Eso es algo que la ciencia ofrece de manera muy diferente. El método científico se fundamenta en la duda y en que nada ni nadie tiene la última palabra. Alienta la duda, porque la duda, el cuestionamiento y la curiosidad llevan al cambio, y para mí, el cambio es sano, no así el estancamiento. Agua que no fluye se echa a perder. A mí el conocimiento y la ciencia (aun cuando yo no me considero científica ni mucho menos) me han regalado una fascinación por el universo que ningún sermón en la iglesia siquiera soñó con despertar en mí, así que creo que te entiendo bien. Como dice la cita “la ciencia es mi religión, el mundo es mi país” y, al contrario de muchos, no creo que eso esté ni cerca de negar a dios.

    Buena publicación, como siempre.

    Un saludo :),
    Tefa

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  2. :D

    Te cuento que he estado leyendo la biblia y próximamente estaré escribiendo mi interpretación.

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